Una probadita y nada,nada más!
Aunque ya casi termina el verano, esto del calentamiento global nos amenaza aún con días tórridos para las próximas semanas y, con calor, quién no quisiera disfrutar una exquisita y jugosa fruta, pero ¿le convido al gato?
Los expertos no lo aconsejan. “Por definición los gatos son animales carnívoros y esto es una adaptación de sus sistemas anatómico y fisiológico, es decir, están preparados para comer principalmente proteína de origen animal y casi no metabolizan los carbohidratos presentes en una proporción importante en las frutas. Algunas de estas se incorporan en los alimentos secos como la granada o la piña, pero muy pocos gatos las comen directamente”, explica el Dr. Alberto Gutiérrez, médico veterinario del Centro Felino Moggie Cats.
Agrega que, eventualmente, si el gato disfruta comer frutas o verduras, se le puede dar en forma muy ocasional y en muy pequeña cantidad ya que, en caso contrario, pueden sufrir de “indiscreción alimentaria” (vómitos y diarrea) por consumir algo inapropiado.
Entre las frutas aceptables se cuentan la piña, el melón, la sandía, los berries, las manzanas y las peras. Todas deben ser lavadas, peladas y sin cuesco o semillas. Se debe ofrecer solo un pequeño trocito, nada de repeticiones ni excesos para mantener saludable al regalón felino.
Las verduras se deben hervir y servir, también, en muy pequeña cantidad. Entre las predilectas de los gatos se cuentan la zanahoria cocida, el pepino y la lechuga que podrían servirse crudos.
Lo que nunca, jamás, puede comer un gato son cebolla, ajo, uvas y pasas, que podrían provocarle anemia o daño renal severo.
Para mantenerlos saludables y hermosos queda totalmente descartado convertir en vegano o vegetariano a nuestro bigotudo regalón, sino rápidamente sufrirían deficiencias graves que podrían provocarle trastornos cardiacos, ceguera total o incluso la muerte.