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Laboratorio Avance en Medicina

¿Tendrá el cáncer canino sus días contados?

Importantes avances en el diagnóstico y terapias se están logrando en investigaciones científicas que se desarrollan en importantes universidades, las que nos permiten soñar que pronto podría ser historia esta enfermedad que, solo al leer su nombre, nos despierta todo tipo de angustias.

Aunque ese sueño aún está pendiente, el cáncer hoy es una enfermedad tratable y, según el tipo de cáncer y la edad de nuestro regalón, puede tener muy buen pronóstico.

El académico y especialista en cáncer canino de la Universidad de Chile, Cristián Torres, explica que “el cáncer en perros, tal como en humanos u otras especies, es una enfermedad de origen genético que se manifiesta en la mayoría de los casos con formación de masas en distintos sitios anatómicos”. Agrega que es una afección muy frecuente y probable causa principal de enfermedad y mortalidad en animales mayores de 8-9 años.

Hay distintos tipos de cáncer, dependiendo de su origen anatómico, precisa Cristián Torres. Los más comunes son los de piel, el mamario en el caso de las hembras y de huesos en perros de razas grandes. Este es un factor importante de conocer ya que, si bien el cáncer en general afecta a ejemplares de distintas razas, incluyendo mestizos, hay algunas que tienen mayor predisposición a desarrollar ciertos tipos de cáncer ,“legibilidad genética” explica el especialista. Y pone como ejemplo a los Golden retrievers que tienen mayor predisposición genética a desarrollar Mastocitoma,el cáncer de piel canino más frecuente: Hemangiosarcoma, tumor que aparece fundamentalmente en el bazo y que afecta mayormente a perros de entre 8 y 10 años, de razas grandes entre las que también se cuentan los pastores alemanes y labradores, o el  Linfoma, que se origina en nódulos linfáticos u órganos que contienen tejido linfoide como el bazo, el hígado y la médula ósea en perros jóvenes y mayores, aunque también se da en canes de menos de 5 años.-. 

El cáncer de piel es el de más fácil detección por el aumento visible de volumen en la zona afectada y las razas más propensas a desarrollarlo son bulldogs, mastines y bóxers. Para la detección temprana de los otros tipos de cáncer, se debe poner atención a heridas que tiendan a no cicatrizar, a pérdidas de peso sin causa aparente, decaimiento, falta de apetito, respiración con dificultad, entre otros.  

Algunos avances

La Universidad Estatal de Colorado está utilizando una nueva técnica de imagenología que consiste en inyectar nanopartículas de hierro en pacientes caninos con tumores de cabeza y cuello. Luego, se toma una resonancia magnética para detectar las partículas de hierro. Esta técnica podría mejorar la capacidad de diagnosticar la propagación del cáncer a los ganglios linfáticos y permitiría precisar el nivel de agresividad del tratamiento para mejorar la sobrevida del paciente.

Y en lo que es el mayor ensayo clínico veterinario, seis millones y medio de dólares es el fondo entregado por el Proyecto Filantropía Abierta a las Universidades Estatal de Colorado (CSU), de California y de Wisconsin para realizar el estudio de una vacuna preventiva contra el cáncer canino con más de 800 pacientes sanos.  La investigación cuenta con 5 años para evaluar el resultado de la aplicación de una serie única de vacunas que combata el linfoma, el osteosarcoma y el hemangiosarcoma, entre otros, y funcionaría como cualquier vacuna humana, es decir, introduciendo en el organismo sano proteínas presentes en células tumorales, o mutaciones, que activarían al sistema inmune si se llegara a desarrollar células malignas. Entre los más de 800 canes inscritos en esta investigación clínica ya probada exitosamente en ratones, algunos reciben un placebo y otros la vacuna. De estos últimos se espera obtener los datos que permitan determinar si la vacuna previene o retrasa efectivamente la aparición del cáncer, principal causa de muerte en perros.

Aunque todos estos avances son prometedores, aún no existe tratamiento para curar un cáncer diseminado, precisa el doctor Cristián Torres. Por eso, “es clave la consulta lo más precoz posible cuando aparece algún síntoma que sugiera la presencia de esta enfermedad”, concluye el oncólogo veterinario de la Universidad de Chile.